Iboga
Información científica

La ibogaína es un alcaloide de origen natural que se encuentra presente en la corteza de la raíz de la planta Tabernanthe iboga. Tanto la investigación animal, como las evidencias anecdóticas acumuladas a lo largo de los años en humanos, indican que la ibogaína elimina el síndrome de abstinencia, revierte la tolerancia, elimina el craving (o deseo compulsivo de consumo) y reduce la recaída del consumo de drogas. Pero, ¿cuál es la evidencia real de la eficacia en el tratamiento de las adicciones? ¿Se conocen los mecanismos de acción? ¿Cuáles son los riesgos asociados? ¿Y cuáles son sus efectos psicológicos?

Evidencia de su Eficacia

La ibogaína ha mostrado ser una herramienta prometedora en el tratamiento del craving asociado a drogas y del síndrome de abstinencia a opiáceos. Actualmente no existen tratamientos específicos para el tratamiento del craving y, aparte de tratamientos sustitutivos, tampoco existen tratamientos farmacológicos que eliminen el síndrome de dependencia a opiáceos ni que ayuden a dejar drogas como la morfina, la heroína, la metadona o la oxicodona. Además, los tratamientos farmacológicos y psicológicos habituales para el tratamiento de las adicciones tienen una tasa de éxito muy limitada. Es necesario investigar nuevas herramientas potencialmente eficaces para este problema que va en aumento en las esferas tanto individual y social.

Estudios realizados en investigación animal han encontrado consistentemente reducciones en la autoadministración de diversas drogas tras la administración de ibogaína. Estudios preclínicos han mostrado que los alcaloides de la iboga inducen atenuaciones significativas de los síntomas de abstinencia a opiáceos en diferentes especies animales y reducen la autoadministración de cocaína, anfetamina, metanfetamina, alcohol y nicotina (1).

En humanos, un estudio describe cómo 29 (88%) de 33 personas a las que se les administró ibogaína para el tratamiento de la dependencia a opiáceos mostraron una completa resolución de los síntomas (2). Un estudio abierto encontró una resolución de los síntomas 24 hs tras la administración de ibogaína. Hasta el momento no existen estudios controlados de eficacia que hayan evaluado la eficacia clínica de la ibogaína (3).

Pruebas anecdóticas indican que la administración de una sola dosis de ibogaína es capaz de aliviar el craving y la recaída del uso de drogas por un intervalo de tiempo que va de entre algunas semanas a varios meses. El único estudio de seguimiento que se ha realizado a fecha de hoy encontró que el 67% de 21 pacientes abandonaron el uso, bien de todas las drogas, bien de las drogas de abuso de primera y segunda elección tras la administración de ibogaína. El 31% no eliminó el consumo de su droga primera o segunda de elección, pero disminuyeron las cantidades de consumo. La media general de período libre de consumo (para las drogas de primera y segunda elección) para todos los participantes fue de 21,8 meses. La mediana fue, sin embargo, menor -6 meses (4).

Durante las tres últimas décadas se han expandido los tratamientos informales con ibogaína para tratar las drogodependencias. Este tipo de tratamiento se realiza típicamente en clínicas privadas en las que se ofrece soporte médico, pero también en contextos más underground (como en casas y apartamentos particulares o en habitaciones de hotel) fuera de instalaciones médicas en las que los proveedores a menudo carecen de entrenamiento médico. Hasta 2006 se refirieron, en todo el mundo, un total de 3.414 tratamientos con ibogaína, lo cual supuso un aumento de cuatro veces con relación a los 5 años anteriores. El 68% de estos tratamientos fueron para tratar un trastorno relacionado con sustancias, principalmente la abstinencia a opiáceos (5). Este rápido aumento de la popularidad de la ibogaína como tratamiento para las adicciones en contextos no oficiales, el cual se extendió principalmente por el boca a boca, indica que la ibogaína puede ser una herramienta eficaz en el tratamiento de la adicción a drogas.

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